Controlar Siempre es un Problema

La Pluma Crítica por Edel García

Controlar siempre es un problema, sobretodo cuando quieres que las cosas se hagan del modo opuesto al que lo vienen haciendo las personas subordinadas. Especialmente cuando tienes que mejorar apartados del Ayuntamiento Municipal que se ha llenado de doble vara de medir. Padrón y Licencias como Reglamentos serían mejor si no tuvieran historia y quisieran hacer una más justa.

Desde la semana pasada un grupo de comerciantes de artesanía y alimentos, se manifestaron pacíficamente con pancartas a las afueras del Ayuntamiento a propósito de que fueran desplazadas del Malecón II donde laboraban. Sus quejan alrededor de la zona de los Arcos deviene de la necesidad de trabajo y sustento que según ellas, no les dejan desarrollar.

Destacan que la mayoría no tienen esposo, ni apoyo económico ni desean despensas, solo trabajar y ser reincorporadas. Querían hacerse eco en una reunión con la Oficial Mayor de Padrón y Licencias Iris Ulloa y el Alcalde Ramón Guerrero exigiendo el cumplimiento de los acuerdos pactados al inicio de la administración. No sabían que el lema de la campaña era cambiar la historia.

De todos modos la respuesta ha sido definitoria: toman el ofrecimiento de los locales en renta en el estacionamiento Juárez o se buscan otro lugar ya que al Malecón no regresan. Iris Ulloa dice que no es cierto que no tengan dinero para rentar esos locales porque el costo de los espacios está al alcance de las afectadas. Ella lo sabe o lo supone.

No serán reubicadas y la otra opción es afiliarse a las ferias de artesanía organizadas por la Dirección de Turismo municipal. Todo porque son una contaminación visual al turismo y esa área debe quedar “limpia” debido a la cantidad de ambulantaje que existe en la zona. Todo porque son una competencia a los establecidos en el Malecón II.

Una buena pregunta es: ¿Qué es contaminación visual? ¿Mucha gente vendiendo? Pero si hablamos de personas que tienen más de 20 años trabajando. Ahora, si la idea es ser estricto con la regulación pudieron serlo desde tiempo, ya que los permisos de algunos no son formales sino verbales.

La cuota que exigen a los puestos funcionando es irregular y dudo que si fueran familiares de algún regidor quedarían a poner carteles sin oportunidades más flexibles. Bernard M. Baruch dijo: “Vota al que menos prometa, será el que menos te decepcione”.

Algo parecido sucede en el Malecón de la Marina donde hay un sujeto de nombre Jonathan Tobón, conocido como El Ángel que cobra a vendedores ambulantes por instalarse. Además, regentea a las llamadas “esculturas vivientes”, todo bajo el amparo de Reglamentos.

La semana pasada fue noticia que golpearon a una pareja de vendedores de artesanía. Alegan los otros vendedores que temen represalias de su parte si hablan ya que comentan que explota menores. Cuando llegan los inspectores de Reglamento hasta los apura tronándole los dedos, sospechándose que les da dinero y creyéndose intocable.

Esto no es nuevo, lleva años y el Ayuntamiento de Puerto Vallarta no ha hecho algo por solucionar este tema. ¿Hará algo Macedonio León Rodríguez lo que prometió de velar por la legalidad o esta vez será como siempre es en ese apartado?