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Opinón por Edel García
En el día de ayer, casi como meeting relámpago se desarrolló la sesión del Ayuntamiento. Si hubiera sido el tira y encoge de siempre no habría llevado más noticia pero la premura de un “asunto de urgencia” así lo calificaba.
No es que el cuerpo edilicio estuviera tan pendiente del alumbrado público, es que el mismo alcalde trató el tema de la concesión del alumbrado como algo muy particular. La idea era votar la propuesta para que hubiera mayoría y concesionar algo que le corresponde al Ayuntamiento desde hace años.
El resultado fue escandalosamente de un solo empuje: 16 votos a favor, ninguna abstención y solo uno en contra (Humberto Muñoz) para el lapso de 10 años. Las justificaciones son variadas, pero no recuerdo haber escuchado al alcalde en campaña haciendo conciencia de cuánto se gasta en alumbrado.
Ni en los primeros meses de gobierno recordar cuánto se ahorraría contratando a una empresa privada que mejorara las condiciones existentes. De la noche a la mañana la idea es que se daría esta concesión a través de una licitación nacional, una vez que se establecieran las bases de la convocatoria.
Está bien la falta de recursos económicos para prestar el servicio como demanda la población, dotar una mejor iluminación, el mentado ahorro de energía, la modernización del sistema y el mejoramiento de la seguridad pública. Está muy bien los 40 millones bien invertidos siempre que haya alguien que controle qué se ahorró y que se gastó.
En este tipo de situaciones, donde de las 18,500 luminarias en la ciudad y solo 7 mil funcionan. Existe robo de cableado eléctrico (1500 metros) al año y se pierde cobertura de energía. Eres un político abnegado que realmente vela por los intereses del Municipio que gobierna o alguien que espera para aprovecharse.
La meta es que se expanda el alumbrado en zonas donde no hay, las condiciones no lo permiten o los focos están descompuestos. El objetivo es presentar una ciudad alumbrada en un 95 % con lámparas ahorradoras pero el apuro con que se hacen las cosas es el que hace sospechar.
Habrá que estudiar las empresas candidatas a la licitación y las condiciones del contrato, ya que ahí estriban las exigencias en caso de violaciones. Sería muy útil que vieran por tomar una empresa que cumpla, que ayude y que no se convirtiera en fuente de negocios personal para el primer edil.
