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La Pluma Crítica por Edel García

Infancia vejada

jueves, 31 de enero del 2013

 

 

Opinión por Edel García

José Martí, un gran pensador cubano, decía que los niños son la esperanza del mundo. La única manera que existe para generar una infancia buena es hacerlos felices. Uno no sabe muy bien qué generación vendrá hasta que ve hacia atrás y aprecia, olvidadas y maltratadas, las raíces pequeñas de la sociedad. Luego nos quejamos de que la juventud está perdida cuando fuimos nosotros los primeros en perdernos.

En estos días fue escándalo dentro del Refugio Infantil Santa Esperanza que encubrían a un trabajador de nombre Luis Cardona por violar a una menor bajo el cuidado del albergue. El abusador había sido despedido por lo ocurrido pero vuelto a contratar cosa que explotó la seguridad y confianza de la adolescente afectada.

Tristemente la supuesta madre superiora María de Jesús Cazares fue la que impidió que la menor diera todos los detalles a la Policía Municipal quitándole el teléfono. Hablamos de que la señora le mintió a la policía cuando llegó buscando los detalles, alegando que lo ocurrido tuvo lugar en noviembre del año pasado pero que todos lo conocían.

Lo peor de todo es que el Patronato del albergue estaba enterado y no había hecho nada sino despedir a Luis Cardona. Todo porque era el esposo de la psicóloga de los menores del refugio, y aprovechaba su trabajo como chofer del lugar para sus condenables actos. Me pregunto quién es peor el que hace actos viles o el que los tolera por imagen, el qué dirán o la atención negativa.

El encubrimiento de uno de los flagelos más bajos de este país es un delito penal y jamás debe ser tolerado, apoyado o en última instancia, acallado. Los menores y adolescentes están en esos lugares no porque lo deseen sino porque la misma sociedad los ha tratado mal. Han sido el abandono, desprecio y falta de amor de sus padres originales por lo que estando a la merced social no hace que sean plenamente felices.

Ese es el pago de personas que se dicen amar a Dios cuando en el fondo solo son mercantilistas y oportunistas baratos. Sigo sin entender cómo dejan que continúe este lugar con tales personas que además medican a los niños para controlarlos para que anden dizque “calmados”. Castigan a los menores que se portan mal delante de las visitas en un lugar con rejas porque quieren quedar bien delante de la supervisión o las personas importantes. No hay derechos…

¿Qué importa el amor cuando es una fuente de entradas? Al parecer para algunos la felicidad y el amor de la infancia es un chiste mal contado o solo un cheque de banco. En ese lugar si no se cumplen las normas establecidas de llegar a tiempo los dejan sin comer y les cierran la puerta. Parece más una prisión que un lugar para cultivar la esperanza y la comprensión.

Los mismos trabajadores se repartían las donaciones, comida y dulces que les llevaban a los niños con la absurda excusa de que les hacían mal. Impedían a otros abrazarlos o darles cariño porque los consentían. Pero lo más molesto de todo esto es que es la prensa la que saca todo esto a la luz.

Si no se hacen denuncias no se procede, mientras… el gobierno ajeno, un DIF poco práctico, la policía más activa y los niños sufriendo con un personal discriminatorio y abusador. NO es justo que las organizaciones responsables y encargadas no hagan su trabajo como corresponde y sean los medios los que hagan el trabajo por los demás.

Después son los más perjudicados y censurados…esto pica y se extiende.

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