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La Pluma Crítica por Edel García

El Edil Romano

miércoles, 17 de octubre del 2012

 

 

 Por Edel García

El Imperio romano fue sin dudas el más grande imperio que el mundo conoció. No solo porque fue el único que no fue vencido por antagónicos o el que más tiempo dominó y controló el mundo (1500 años) sino por su manera de organizarse políticamente y todo lo que aportó al derecho moderno.

Uno de los conceptos que nos legó fue el de edil romano, una especie de embestidura de gobierno sobre la que se desempeñarían determinadas funciones como el cuidado de la ciudad, la vigilancia del mercado, economía, alimentación, seguridad y obras públicas. Una especie de Presidente Municipal de una ciudad perteneciente a un estado como lo podría ser en su presente Jalisco.

Tal vez lo más curioso del tema son los dos tipos de ediles: edil curul y edil plebeyo. El primero era de la clase noble (patricios) y el segundo era del pueblo, sin linaje. A veces por azares de la vida hay matices donde la historia tiende a repetirse. El actual alcalde del Puerto no viene de un árbol familiar de manzanas doradas o de alcurnia sino del gentío, del pueblo humilde que sabe qué es la pena, los sacrificios y pasar trabajo. Es por eso que debe “entender” mejor que el edil curul pasado, lo que significa representar al pueblo con hechos y no con palabras.

Hace unas semanas atrás el Presidente Municipal (edil plebeyo) en pleno de sus funciones, decidió que se aprobara un nuevo reglamento orgánico en donde, por ejemplo, se otorga facultades para auto aprobar cambios en el presupuesto sin tomar en cuenta al pleno de ayuntamiento. Esa manera de pensar no es de pueblo es curul en esencia aunque se vista con mochila al hombro.

Uno se pregunta cuál es la obsesión por controlar todo lo administrativo y financiero. ¿Cuál es el énfasis tempranero de ocultar de los ojos antagónicos lo que sucede y cómo se utilizan los recursos? ¿Cómo es defendible una presentación donde el reglamento orgánico es parcial o total, y no trae medios de defensa para la ciudadanía? ¿Cómo es posible que se quiera el derecho ciudadano coartando la transparencia?

Buenas son las responsabilidades cuando se mantienen ante la máxima presión sin que nadie tenga nada que alegar de tus funciones. El Movimiento Ciudadano debe subir la parada en funcionarios que lejos de quererse amparar en representantes del pueblo, no sepan de leyes o tengan al menos el mínimo de experticia a ese nivel. La representatividad de un buen edil plebeyo en su gobierno no es trabajar bajo “consejeros sabios” que te dicen cómo gobernar, dejando de lado los que están puestos a que aprendan por el camino.

Si los asesores de un gabinete (ex presidente municipal y diputado, ex regidores y otros antiguos de administraciones pasadas del PAN) son el poder tras bambalinas quién es el gobierno entonces. ¿Qué oído habrá sobre el Consejo Ciudadano de Instituciones Civiles en la toma de decisiones del Presidente? Tres años no bastan para conocer la ciudad, hay que meterse a forjar desde dentro para que se refleje fuera.

Insisten las voces de las calles que la realidad es fáctica y tangible, práctica y sencilla. Y que por lo general es mucho más grande que los hervideros del Edificio de Gobierno. De todos modos

esperamos que los regidores valgan más que los calificativos de “floreros” o “levanta dedos”. Serían los floreros más caros que conocería Puerto Vallarta.

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