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¿Candidatos de unidad?

jueves, 3 de noviembre del 2011

El pasado sábado 29 de octubre, el pleno del Consejo Político Estatal del PRI aprobó elegir al candidato a gobernador por el método de convención de delegados. Un día antes la Comisión Permanente del partido lo había aprobado lo mismo. Y dos semanas antes, el Consejo Político Municipal del PRI hizo lo suyo y aprobó, con el voto en contra de Demetrio “el chavalón” Gómez, elegir al candidato a la alcaldía por el mismo método, convención de delegados o por la vía del voto de sus consejeros políticos.

Cuando Rafael Yerena dio un informe de sus actividades en San Lázaro, en du discurso político destacó que el PRI se llevará carro completo en las próximas elecciones. El legislador federal apuesta a que el triunfo podrá ser asegurado si el PRI cierra la elección y designa a sus candidatos.

No es ningún secreto que el jerarca de la CTM  Yerena Zambrano es el gran promotor de que el        PRI nomina candidatos de unidad. No le teme a una elección abierta pero él prefiere el método cerrado. Quitarla la oportunidad a las bases priistas, a sus militantes o a la sociedad en general, significa cederle el derecho a unos cuantos, sean los dueños del partido o los consejeros políticos garantiza sacar adelante con éxito las líneas que se marcan por la dirigencia nacional, la dirigencia estatal y en el plano local, nominar al bendecido por quienes mandan dentro del partido. O al menos les facilita ese objetivo pues con regularidad ejercen controles entre los consejeros.

En principio, los organismos del partido ya cumplieron su tarea. Es la primera fase de un proceso interno que habrá de culminar allá por febrero, quizá en marzo, que tiene como meta, investir de candidatos a los candidatos que responden a los intereses de los grupos dominantes. Yerena tiene el suyo aquí y es del conocimiento de todos que es Adrián Méndez González. En contraparte, el dirigente obrero se opone con todo al proyecto de Andrés González Palomera. “No es mi enemigo pero nunca lo apoyaré”  nos dijo un cetemista haberlo escuchado días atrás.

En la percepción de muchos priistas, hay argumentos para desmitificar que los poderosos del partido, Rafael Yerena en la primera línea, controlan las conciencias de los miembros del Consejo Político Municipal. Andrés González Palomera ha dicho que allá por mayo, cuando se acercaba el relevo en el Comité Directivo Municipal, el grupo político que lo apoya había amarrado al menos a 130 consejeros. Se podía ganar con unos 150 votos. El candidato era Augusto Alcaraz que a medio camino dio su reculada. Resulta que  el ex alcalde Javier Bravo Carbajal negoció con el yerenismo la declinación de Augusto a cambio de obtener para su grupo la tercera posición del Comité.

En las últimas semanas ha habido un debate en torno a las veces que Rafael Yerena ha ganado o ha perdido una elección interna. González Palomera siempre ha ido en contra de Yerena y él recuerda las veces que han podido derrotar al líder cetemista.

En dado caso, mas allá de la suma de triunfos y derrotas lo interesante es que hay antecedentes de que sí es posible derrotar a Yerena. Cuando Javier Bravo le disputaba al grupo de Gustavo González Villaseñor, Yerena se incorporó  a Bravo pero no fue por obra y racia divina. Sencillamente Yerena no tenía candidato y, como hoy lo repite, jamás respaldaría a González Palomera, que a la postre era el adversario de Bravo. Sin candidato propio, Yerena esperó el tiempo y ya a media precampaña, cuando calculó que Bravo ganaría, se le subió al barco. Sin embargo, en los días de precampaña, y también en la elección constitucional, el cetemismo el trabajo de campaña de los cetemistas dejó mucho. La CTM designó a Carlos Efraín Yerena como el enlace con los bravos  y responsable de la operación política pero se aisló con muy pobres resultados.

El primer encontronazo de Yerena con la corriente opositora a él ocurrió un 5 de mayo de 1991. Fue aquella memorable elección por la disputa de la presidencia del Comité Directivo del partido. Competía Gustavo González contra el propio Yerena. Los operadores del ex niño de la voz de oro presumen que a media jornada, iban arriba y aceptaron la propuesta de quitar algunos candidatos a los votantes. Por la tarde, la maquinaria cetemista se movilizó y pudieron revertir el resultado.

Cuatro años después, desde el interinato de la alcaldía, Yerena operó para convertir candidato al arquitecto Arturo Cervantes García. Andrés, Gustavo, todo su grupo, empujaron a Sergio Arat Sánchez Cervantes. Esa vez doblegaron a Yerena en una elección de delegados insaculados.

Entonces, a Yerena se le puede derrotar por cualquiera de los métodos que impongan. Es entendible que él prefiera elecciones cerradas, donde solo vote un grupo reducido de priistas. Él ya antes trabajó para acomodar sus piezas y estar listo para el llamado a las guerras.

Lo curioso es que el yerenismo sabe lo que viene. A nivel nacional, dos presidenciables disputan la candidatura con reglas claras, transparentes y abiertas. Ellos, Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones han asumido el compromiso de nominar a los mejores candidatos y apartarse de las tentaciones de imponer. Saben que les resta votos al partido. González Palomera también lo sabe y apuesta a que su partido lo haga su candidato por ser el que mas rentabilidad electoral y mas apoyo popular arrastra.

Ese discurso, el de la apuesta Andrés, tiene lógica pero suena hasta ingenuo. Hay varios mecanismos para concluir en quién es la figura mas aceptada por el ciudadano. Salvador González Reséndiz fue candidato de unidad bajo el argumento de ser el mejor posicionado. Se aplicaron encuestas y arrojó ese resultado. Pero, el resultado fue polémico y cuestionado. Miguel Angel Yerena Ruiz sigue sosteniendo que hubo manipuleo de encuestas.

En términos prácticos, la mejor forma de medir fuerzas populares es una elección abierta. Pero un proceso con reglas claras y aceptadas por todos. Si se vale el acarreo y la movilización de lqas estructuras, que lo digan abiertamente. Porque, y eso debe reconocerse, en este campo, el de los acarreos, Yerena y su grupo también tienen ventajas.

Lo interesante, y ya para concluir, es la indefinición del priismo. Mientras unos maniobran para cerrar el proceso de elección de candidatos, otros reclaman la apertura total. Al menos en Puerto Vallarta y en Jalisco, el partido parece temerle a los procesos abiertos y acuerda un proceso cerrado. Es normal. En el Comité Directivo Estatal despacha Rafael González Pimienta, el aliado mas importante de toda la da política de Yerena.

 

Revolcadero

 

El Partido Acción Nacional tampoco tiene nada que presumir si se trata de aplicar métodos democráticos para  seleccionar a sus abanderados. Ellos también procuran el método de las imposiciones y todo indica que en Jalisco se irán por esa línea. Igual que el priismo, ante la cruda realidad del peligro de perder la gubernatura, han sido tentados por esa posibilidad. Como en el PRI, impulsan una propuesta ya aprobada por el partido y si se animan, no habra obstáculo para imponer a quién tenga la bendición del centro. ****** Por cierto, es el diputado federal panista, Juan José Cuevas García quien mas apuesta al dedazo. Sabe que esa es la única vía por la que puede ser candidato a la presiencia municipal. Lo sabe él y lo saben todos sus porristas. Por eso prefirió abandonar su trabajo polìtioco en el municipio para dedicarse a tareas de promoción de JosefinaVázqueaz Mota. Si la pega, cree tener posibilidades. Sin embargo, en el ambiente político, su nombre sigue apareciendo en una fórmula donde él iría como candidato a la diputación local, Pedro Ruiz Higuera a la diputación federal y Ramón Guerrero Martínez en calidad de cuasi candidato de unidad a la alcaldía. De acuerdo a la versión de esa fórmula, el director del Seapal, Humberto Muñoz Vargas se iría a trabajar con el candidato a gobernador. Entrarle a detalles a esto último es interesante. Lo dejamos para otro día.

 

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