De políticos soberbios

Por Gerardo Sandoval

Ayer, el diario La Jornada de Jalisco, publicó una entrevista hecha al diputado federal, Jorge Arana Arana. El ex alcalde de Tonalá, ex candidato a gobernador y a la alcaldía de Guadalajara, elecciones estas últimas donde salió derrotado al derrochar una amplia ventaja que le daban las encuestas al inicio de las campañas.

El legislador dice ver mas probable que su partido el PRI gana las elecciones presidenciales a que gana la gubernatura de Jalisco. En Jalisco, no gay unidad. Y recomendó al futuro abanderado a dejar atrás la soberbia, ser humilde y acercarse a la gente.

De la publicación, se extrae todo un párrafo: “Yo ya fui candidato a gobernador, estuve cerca de serlo y yo me perfilaba muy adelante en las encuestas. De

entrada, quien vaya a ser candidato tiene que ser humilde, dejar de lado la soberbia, hablar con las personas, con los grupos, nadie gana solo una elección, nadie, y si alguien está pensando que por ser candidato ya es gobernador del estado, está equivocado”.

La percepción confesada por el político tonalteca nos resulta tan interesante como puntual. Es certero al advertir las potenciales razones por las que el Partido Revolucionario Institucional, o quien se convierte su candidato, pudiera echar al cesto de la basura una probable victoria electoral en el estado. Parece sincerarse al colocarse él como ejemplo de un candidato con amplias posibilidades de haber podido ganar la gubernatura y salir con una derrota. A Jorge Arana en su momento, muchos priistas lo abandonaron y se aliaron con los panistas. Todos ellos le reclamaron precisamente haber sido atrapado por la soberbia. Se encerró en si cuarto de guerra, nunca hizo caso a los demás priistas, otros se dijeron traicionados por Arana para al final caer derrotado por Francisco Ramírez Acuña. En aquel momento las encuestas indicaban tener una ventaja de poco más de 20 puntos porcentuales. Cuando fue derrotado por Emilio González Márquez en la

competencia por la alcaldía, también mantenía una ventaja de mas de 25 puntos.

Jorge Arana cree que hay condiciones de competir y ganar pero es de los que consideran que el priismo jalisciense esta dividido. Pone como ejemplo la existencia de siete precandidatos. Es el reflejo de no haber unidad repite.

En efecto, dos son las debilidades de los políticos priistas. Si bien es cierto que en público se muestran abiertos, receptivos, que manejan un discurso de incluyentes, en privado se transforman ante sus correligionarios. Disfrutan avasallar a quienes derrotaron en la interna. Exigen del priista que hagan de su figura todo un culto a su personalidad. Atropellan dignidades. Como resultado, también en privado, esos priistas confiesan ser ninguneados, excluidos y no tienen empacho en torpedear al abanderado de su partido. Otros no resisten a las tentadores oferta de los demás partidos y concretan alianzas o negociaciones en privado.

Respecto a la unidad del partido, tampoco es una afirmación alejada de la realidad. El priismo en lo general, sobre todo quienes desde antes han sido excluidos al interior de su partido y por quienes alcanzaron el poder en las alcaldías, está dolido.

Ejemplos abundan y si alguien quiere ver estos escenarios, hay ejemplos aquí en Puerto Vallarta. Cuestión de preguntarle a un Javier Bravo, que se siente exiliado y desterrado, o a un Andrés González Palomera, que a su vez se queja de ser avasallado por la estructura del partido, del gobierno municipal y de la CTM.

En el PRI abundan grupos que en su desgracia se dicen víctimas de un grupo dominante pero que cuando la suerte les sonríe, responden con idénticas posturas. Cuando Gustavo González Villaseñor fue alcalde, los bravos de Javier, se quejaban ariamente de ser excluidos del gobierno municipal. Ellos respondieron con la misma moneda cuando la siguiente administración, Bravo ganó la presidencia municipal. Revanchismo puro. Ahora, con un Salvador González Reséndiz promovido por el propio Bravo, pero que en la carrera se distanciaron, los bravos revivieron sus amarguras.

Quien niegue la división en el PRI Puerto Vallarta solamente exhibe su ignorancia y su negativa a reconocer la realidad. Quien no sepa hasta donde puede llegan pláticas, acuerdos, pactos o alianza de Andrés González con otros actores de la política sencillamente no esta actualizado del quehacer

político local. Andrés exige, reclama, que los amos de su partido acepten que él adelanta a todos los competidores en la lucha por la candidatura a la alcaldía, y que llegado el momento de la decisión, lo acepten como candidato. Sin embargo, también muestra signos de soberbia cuando se asume como el único capaz de ganarle al PAN y sostener que si él no es el candidato, el PRI perderá la presidencia municipal.

Ignoramos en qué momento hizo suyo rasgos de narcisismo, iguales o peores, a los que destiló en su momento un Javier Bravo. Quizá Andrés ya se convirtió en rehén de Bravo y sigue a pie juntillas sus asesorías. Ellos dos, declarados enemigos a muerte hace casi seis años, ahora se asociaron en la política. Comparten la afinidad de tener a los mismos enemigos políticos.

Luego de decir que a él, a excepción del senador Ramiro Hernández, ningún otro aspirante ha buscado, Jorge Arana hace una recomendación: “El que quiera hacer o vaya a ser, tiene que empezar a cabildear, sumar apoyos a todos; en este momento quien tenga dos gentes (sic) es importante, quien tenga cinco, 10 o 100 es mucho más. Por la información que tengo, observo que muchos no han

hecho su tarea, yo la hice todo el tiempo, por eso fui candidato de unidad”.

Arana fue candidato de unidad al gobierno del estado porque era indiscutiblemente el mejor posicionado en su momento. Perdió por lo que él recomienda, por no ser humilde, por ser soberbio, por aislarse y retirarse de la ciudadanía. Entonces, no exagera al decir que él puede aportar mucho a su partido, al futuro candidato.

Revolcadero

De la misma entrevista, rescatamos una revelación que da Jorge Arana Arana. Advierte que el Partido Acción Nacional “están elaborando una estrategia de combate previo a las elecciones…”. Ni hace ni una semana, un amigo bien conectado con cuerpos de seguridad federal, nos contó que un día de estos se pondrá en circulación información muy comprometedora de cuadros priistas vallartenses. Nos dio al menos un nombre que ni caso tiene citarlo como tal. Pero que elementos de la policía Federal, algún trabajo hicieron en estas últimas semanas en Puerto Vallarta. Que habrá pruebas,

videos, fotografías y habrá escándalo.***** Por cierto, que en el PRI es un hecho que todos los candidatos , incluyendo Puerto Vallarta, serán ungidos por unidad. Que se dará prioridad para las nominaciones a quienes sean mas populares, a los que tengan la mas alta aceptación entre el electorado. Claro, las encuestas serán uno de los termómetros para medir los índices de popularidad. Puede, debería ser buena noticia para precandidatos que trabajan y mala noticia a quienes aspiran a llegar por dedazos. Lo malo es que en estos tiempos hasta las encuestas se convierten en métodos manipulados para hacer candidatos.****** El domingo cayó el telón de los Juegos Panamericanos. En la ceremonia de clausura, el gobernador Emilio González Márquez se dejaba ver jubiloso, eufórico. Tanto que ahora hasta se subió al mismo escenario donde el cantante boricua Ricky Martín se aventó algunas de sus rolas. No le dio asquito al gober. Emilio había dicho hace tiempo que los homosexuales le daban asquito y el Ricky ya salió del closet. Pero bueno, en la fiesta, el gober baila hasta con los que en otros ambientes le dan asquito. O tal vez, las figuras mundiales del espectáculo no entran en esa etiqueta.