¿Y la investigación apá?

En Guadalajara una regidora apodada por los medios rugidora armó el peor escándalo que ha tenido el PRI desde su regreso al poder. Estoy hablando de Elisa Ayón y las dos desafortunadas grabaciones donde se le escucha proferir amenazas y extorsiones haciendo uso de una envidiable floritura de lenguaje. La primera grabación hablando con el sindicato de Panteones que afirmó controlar y la segunda con los comerciantes del primer cuadro de la ciudad, a quienes pidió una cuota por quitar a los ambulantes de frente a sus locales.

La magnitud de la tormenta alcanzó para que tuviera que pedir licencia y que desde el gobierno municipal de Ramiro Hernández, se aseverara que vendría una investigación por parte de la Fiscalía Estatal. Pero como ya es costumbre con Ramiro, las cosas no salieron como debían salir.

Y es que Ramiro Hernández es un político de la vieja guardia, que construye estrategias para un México que ya no existe. En este caso consideró que para sortear la tormenta bastarían las declaraciones alegres como el típico “llegaremos a las últimas consecuencias” y que con eso el problema se diluiría en el tiempo y en la nada.

Ya hemos visto este patrón con el munícipe. En la última crisis de inseguridad, la primera respuesta del edil, fue subirse a un helicóptero desde donde se tomó una foto que subió a redes sociales acompañada de un texto donde afirmaba que estaba mirando la ciudad para mejor distribuir recursos humanos contra el crimen.

La burla no se hizo esperar puesto que nada de eso se puede resolver de un helicóptero, porque no se ve el crimen pulular desde las alturas, la ciudad no brilla de diferentes colores dependiendo del índice criminalidad. Se trataba entonces de una boba medida mediática para que el México que vio la película de los Tres Huastecos con Pedro Infante como estreno en los cines, dijera “wow que alcalde tan macho y tan valiente”. No funcionó justo porque ese México ya no existe.

Y por eso mismo la prensa decidió darle seguimiento al candente tema de la rugidora con licencia y se descubrió que en la Fiscalía General del Estado no hay averiguación que investigue a Elisa Ayón por presuntos actos de corrupción en la Dirección de Panteones y con el comercio ambulante.

Como esto lo confirmó nada menos y nada mas que Luis Carlos Nájera, el fiscal general, no le quedó mas remedio a Ramiro Hernández que meter reversa y admitir que efectivamente no había presentado denuncia.
“Nunca planteamos que había una denuncia de por medio, lo que planteamos es que se pediría se hicieran las investigaciones correspondientes…”, dijo.

Pero, la verdad es que el pasado 11 de noviembre el titular de la Oficina Anticorrupción del ayuntamiento de Guadalajara, José de Jesús Sosa señaló otra cosa en rueda de prensa “Se nos ha informado que la Fiscalía General del Estado ha iniciado una investigación por oficio en torno al caso de la regidora Elisa Ayón…” dijo.

Falso
“La Fiscalía no inició ninguna averiguación, como se dijo, de oficio, porque no es un delito que persigamos nosotros de oficio. El Ayuntamiento no ha hecho ninguna denuncia y estamos abiertos a que se denuncie y a coadyuvar”. Aclaró el Fiscal.

Si bien existe un expediente para investigar a Elisa Ayón, se trata de una denuncia que presentaron empleados del Ayuntamiento tapatío el 12 de noviembre por supuestas amenazas, sin embargo, no se han presentado a ratificar los denunciantes.

A mi me parece terrible que el encargado de la oficina anticorrupción del ayuntamiento no sepa cuando una cosa se persigue de oficio o no. Me parece que intentan darle a los ciudadanos atole con el dedo con técnicas caducas.

En los próximos días veremos que pasa pero una cosa es clara, la tormenta no tiene cara de haberse acabado y la investigación va a tener que seguir y en una de esas, si la memoria nos dura lo suficiente, incluso tendrá que dar resultados. Pero esto ya lo dudo. Porque dañar la impunidad en uno es resquebrajarla en todos.