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Estados Unidos reducirá la presencia de la Guardia Nacional en la frontera con México en enero próximo al tiempo que aumentará la dotación aérea para reforzar la seguridad en la zona, como parte de un cambio en la misión conjunta del Pentágono y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Así lo anunciaron hoy, primero en un comunicado y después en una conferencia telefónica con periodistas, funcionarios de alto rango de ambos departamentos.
A partir de enero, el número de soldados de la Guardia Nacional desplazados por el presidente Barack Obama en California, Arizona, Nuevo México y Texas en agosto de 2010, bajará de 1.200 a menos de 300, dijo Paul Stockton, subsecretario de Defensa para asuntos de defensa nacional.
“El número exacto del personal, las capacidades que aportarán (a la seguridad fronteriza), y dónde quedarán desplazados” serán parte de las próximas discusiones entre el Pentágono y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, agregó Stockton, quien destacó que el uso de equipos militares de alta tecnología reforzará la vigilancia en la zona.
Stockton prevé que, de todas maneras, el reducido número de soldados de la Guardia Nacional concluya su actual misión en la frontera el 31 de diciembre de 2012, a un costo de 60 millones de dólares.
El envío de más recursos aéreos, que incluyen aviones no tripulados y helicópteros Oh-58 y UH-72 Lakota, que a su vez contienen sistemas de lentes infrarrojos, servirá para compensar la reducción de la presencia militar en la frontera sur, según explicaron las autoridades.
El subcomisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), David Aguilar, aseguró que, “básicamente vamos a pasar de tener tropas sobre el terreno a tropas sobrevolando la zona” para ayudar a detectar las actividades ilegales en la frontera.
Según Aguilar, el cambio de enfoque en la misión da fe del éxito que ha tenido su agencia para combatir la criminalidad en la frontera sur hasta el punto que, por segundo año consecutivo, la ciudad fronteriza de El Paso (Texas) es una de las más seguras en toda la nación.
Por su parte, el jefe de la Patrulla Fronteriza, Michael Fisher, agregó que su agencia tomará pronto una decisión respecto a dónde concentrará los recursos de la Guardia Nacional, aunque las áreas de mayor preocupación siguen siendo el sector que incluye Arizona y el sur de Texas.
El presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes de EE.UU., el republicano Lamar Smith, criticó la decisión de la Administración Obama de reducir el número de tropas de la Guardia Nacional.
“Si la meta de la Administración Obama es la seguridad fronteriza, sus acciones socavan ese objetivo. La decisión de replegar a la Guardia Nacional… empeora una frontera ya porosa”, dijo Smith en un comunicado.
Citando un informe de la Oficina de Supervisión del Gobierno (GAO), Smith señaló que sólo el 44 % de la frontera del suroeste está bajo “control operacional” de la Patrulla Fronteriza, por lo que “no tiene sentido sacar a la Guardia Nacional de la frontera cuando menos de la mitad de la frontera es segura”.
Desde la presidencia de George W. Bush, la Guardia Nacional ha contribuido en las tareas de vigilancia de la Patrulla Fronteriza, mientras el Gobierno federal incrementaba la contratación y capacitación de más agentes fronterizos.
El nuevo enfoque de vigilancia de la Guardia Nacional desplazada en la frontera sur pasará de “sitios fijos a sitios móviles que puedan responder con rapidez al dinámico ambiente en la frontera”, según explicó en un comunicado del DHS.
Las autoridades prevén que los nuevos recursos aéreos ya estén desplazados en su totalidad a más tardar el 1 de marzo de 2012.
Según cifras oficiales, los arrestos en la frontera -que constituyen un factor clave de la inmigración ilegal hacia EE.UU.- bajaron en el año fiscal 2011 a 340.252, un descenso del 53 % desde el año fiscal 2008.
Esa cifra también representa una quinta parte del total de arrestos en el año fiscal 2000. Desde 2004, el número de agentes de la Patrulla Fronteriza se ha duplicado a 21.444, según DHS.
