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Crece el rechazo a la cibervigilancia en Berlín antes del viaje de Obama

martes, 11 de junio del 2013

La indignación en Alemania por un programa secreto estadounidense de espionaje en Internet está aumentando de cara a una visita de Barack Obama la próxima semana, y altos cargos del gobierno de la canciller Angela Merkel pedirán una explicación del presidente cuando éste aterrice en Berlín.

El portavoz de Merkel ha dicho que la canciller tratará el asunto con Obama en unas conversaciones el próximo miércoles. Esto podría empañar la visita, destinada a celebrar los vínculos germanoestadounidenses en el 50 aniversario de un famoso discurso en el cual el presidente John F. Kennedy declaró: “Ich bin ein Berliner” (soy berlinés).

La vigilancia del Gobierno es un tema extremadamente delicado en Alemania, donde los recuerdos de la Stasi, la temida policía secreta de la Alemania del Este, y su amplia red de informantes todavía están frescos en la memoria de muchos ciudadanos.

En un editorial del Spiegel Online el martes, la ministra de Justicia, Sabine Leutheusser-Schnarrenberger, dijo que las informaciones de que Estados Unidos podría acceder y rastrear virtualmente todas las formas de comunicación en Internet eran “profundamente desconcertantes” y potencialmente “peligrosas”.
“Cuanto más vigila, controla y observa una sociedad a sus ciudadanos, menos libre es”, dijo.

“La sospecha de vigilancia excesiva de la comunicación es tan alarmante que no puede ser ignorada. Por esta razón, la sinceridad y la aclaración por parte de la administración estadounidense es esencial en este momento. Todos los hechos deben ponerse sobre la mesa”.

Los partidos de oposición han saltado sobre el asunto, queriendo poner un amortiguador en las conversaciones Merkel-Obama e impedir que sean un impulso para la canciller, que se prepara para unas elecciones parlamentarias en septiembre, en las que aspira a un tercer mandato.

“Me parece que esto podría convertirse en uno de los mayores escándalos de privacidad de datos de la historia”, dijo el líder de los Verdes, Renate Kuenast, a Reuters.

ENTUSIASMO TEMPLADO

Está previsto que Obama llegue a Berlín el martes por la noche, se reúna con Merkel y ofrezcan una rueda de prensa conjunta el miércoles y después dé un discurso ante miles de personas en la Puerta de Brandemburgo.

Este es su primer viaje a la capital alemana desde 2008 en su primera campaña para la presidencia, donde dio un discurso en el parque Tiergarten que atrajo a 200.000 admiradores.

Cinco años después, los alemanes todavía están cautivados por Obama: una encuesta la semana pasada mostró que un 82 por ciento tenían una opinión de él favorable.

Pero su fracaso en cerrar la prisión militar de Guantánamo, el uso extensivo de drones para matar a supuestos extremistas de Al Qaeda y las últimas revelaciones sobre el programa de vigilancia secreta, llamado PRISM, han templado el entusiasmo.

Según los documentos filtrados a los diarios Washington Post y Guardian, el programa dio acceso a los oficiales estadounidenses acceso a correos electrónicos, chats y otras comunicaciones de empresas como Google, Facebook, Twitter y Skype.

Obama ha defendido esto como una “intrusión modesta” en la privacidad y ha asegurado a los estadounidenses que nadie está escuchando sus llamadas telefónicas.

Pero la ley estadounidense no pone restricciones a las escuchas de comunicaciones a extranjeros, lo que supone en teoría que Washington podría estar indagando en las comunicaciones privadas en Internet de alemanes y otros europeos.

Peter Schaar, responsable alemán de privacidad de datos, sostuvo que este era causa de “preocupación masiva” en Europa.

“El problema es que nosotros los europeos no estamos protegidos de lo que parece ser un programa de vigilancia muy amplio”, declaró al diario Handelsblatt. “Aquí no se aplican leyes ni europeas ni alemanas, y las leyes estadounidenses sólo protegen a los estadounidenses”.

Reuters

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